
Trabajamos con un fin, buscando “algo”, eso está claro, y siempre estamos tratando de mejorar nuestra situación laboral: es normal, es humano, y no hay nada malo en eso. Al fin y al cabo, nuestro lugar de trabajo es donde (generalmente) pasamos más tiempo. Es una especie de “trámite” que hay que pasar y enfrentar cada día… en el que no siempre es posible distribuir el tiempo a nuestro gusto ¿o sí?
¿Por qué no es posible implementar un modelo de teletrabajo en España? ¿Qué ventajas tiene el teletrabajo para las empresas? ¿Es posible buscar un punto de encuentro que consiga las ventajas de este modelo, minimizando los inconvenientes?
Los co-autores de este artículo colaborativo y este servidor, llevamos un par de semanas intercambiando impresiones sobre las ventajas y desventajas del teletrabajo y finalmente decidimos agrupar nuestras opiniones de forma conjunta en este post… Pablo Rodríguez modera el blog Economía Sencilla, desde donde promueve el conocimiento de la economía y la gestión empresarial, y opina sobre la actualidad política y económica que nos rodea. Y Adrián García, quién se define a si mismo como un “aspirante a escritor y un proyecto de consultor en Marketing y Ventas”, mientras modera el blog Lo Malo De… especializado en temas empresariales. (¡Gracias a ambos por tan grata experiencia colaborativa!)
Desde el punto de vista de la empresa española, implementar un modelo formal de teletrabajo podría tener diversas ventajas. Entre otros aspectos, consideramos como el más importante, la posibilidad de aumentar la productividad, ya que al estar obligados a trabajar por objetivos (no por tiempo de estancia en un lugar de trabajo), se podría medir más fácilmente la efectividad de cada empleado, mientras se ahorra en recursos. Una tentadora perspectiva empresarial.
Y no sólo se consigue ser más productivos, sino que también se genera un ahorro tangible en materia de infraestructuras (se reduce el espacio físico), mientras se reducen los gastos en otros aspectos como:
- Absentismo laboral, por prácticamente ser nulo. Ninguno llegará tarde por un atasco, un compromiso inesperado, etcétera.
- Tiempo efectivo, al evitarse reuniones inútiles, desplazamientos estériles y acciones pusilánimes.
- Costos fijos, el ahorro en electricidad, agua, insumos y otros servicios es evidente.
Otras ventajas consisten en que:
- Es una buena forma de retener o atraer talento personificado en los profesionales cualificados que no quieren “atarse” a la empresa.
- Permite a la empresa tener una estructura de personal más flexible.
Sin embargo, y a pesar de estas claras ventajas desde el punto de vista empresarial; España no es el mejor país para implementar un modelo de plantilla “teletrabajadora”.
Aquí, el problema son las personas, sus costumbres y otros aspectos culturales, como el contacto social con los compañeros, temas que ya se han tocado anteriormente en este blog.
Como trabajadores, hemos luchado por una serie de derechos enmarcados dentro de un esquema de conciliación laboral… siendo el teletrabajo parte de esta lucha. Pero el paradigma del trabajo cómodo, en pijama todo el día, en la “tranquilidad” del hogar, sin tráfico por las mañanas, comiendo en casa y en donde nadie mira por encima de nuestro hombro para ver lo que estamos haciendo, suena como la situación laboral perfecta… Pero no lo es tanto, pues hemos confundido el medio con el objetivo.
Desde nuestro punto de vista, pensamos que la aplicación del teletrabajo en España presenta muchas desventajas para las personas, como por ejemplo: la pérdida de contacto social con los compañeros, la desorientación o desconocimiento de la actualidad empresarial e incluso cierta disfunción en las jerarquías de la empresa.
Y está claro que los propios jefes pueden creer que no tienen tanto control sobre sus trabajadores, al no tenerlos a la vista. Mientras que el empleado deja en cierta forma de percibir lo tangible de la “pirámide de mando”.
Para ayudar a entender las proporciones del problema, les dejamos un pequeño resumen de los principales "mitos" con sus correspondientes "hechos" (o realidades), para que cada uno saque sus propias conclusiones.
Mitos, hechos (y fábulas) sobre la conciliación laboral
Mitos | Hechos |
No tienes al jefe detrás. | No se valoran igual tus éxitos, y tus fallos dejan de ser oportunidades de aprendizaje. Pueden presuponer que no estás haciendo nada aunque cumplas con tu trabajo. |
Estás más relajado. | La falta de supervisión te hace distraer con mayor facilidad. |
Gastas menos. | Los beneficios sociales se suprimen por ser inútiles y los insumos como el café, el agua y otros disponibles en cualquier empresa, han de ser costeados por el teletrabajador. Y tienes que ir más a menudo a comprar (pérdida de tiempo=coste). |
No te molesta nadie mientras trabajas. | La falta de compañeros te obliga a aumentar tus tiempos de descanso para relajarte, y a usar más el teléfono o herramientas sociales. |
No tienes que vestir de una forma determinada. | La pereza de vestirte puede llevarte a no salir en todo el día. |
Comes todos los días comida casera. | Tienes que perder más tiempo haciendo comida. |
Puedes navegar por Internet cuanto quieras. | Tienes que poner tú los medios (que quizás no funcionen tan bien como en la empresa). En definitiva, dediques el tiempo que dediques, tienes que cumplir los objetivos. |
No tienes tanta presión de horarios. | Si no has cumplido con tus objetivos, siempre tendrás la presión contigo, aunque ya estés en casa. |
Puedes avanzar sin interrupciones y nadie te molesta con preguntas. | No puedes acceder fácilmente a las personas con más experiencia y/o conocimientos para poder resolver los problemas más rápido. |
Los lunes no tienes que madrugar. | Pasas siete días a la semana en tu puesto de trabajo. |
No tienes presión de horarios. | En algunas empresas, exigen que el teletrabajor pueda ser contactado vía telefónica, incluso fuera de horarios laborales. |
...¿deseas proponer algún mito/hecho más?
Propuestas en lugar de críticas:
Como una forma de proponer salidas para implementar el teletrabajo y hacerlo factible, les dejamos dos modelos que podrían funcionar, incluso en países donde la cultura minimiza las ventajas, y se convierte en un obstáculo para el teletrabajo.
- Implementación parcial: Es decir, teletrabajar sólo unos días a la semana, manteniendo algunos días de asistencia a la empresa. De esta forma, se fomenta el contacto presencial con el resto del personal mientras se disfruta de parte de las ventajas del teletrabajo. Por ejemplo, lunes y viernes, o martes y jueves.
Incluso se podrían establecer turnos de teletrabajo por departamentos, al igual que se hace en las vacaciones, para que de esta manera siempre haya alguien de cada departamento presente en la empresa.
- Coworking: Para tratar de evitar algunos de los problemas derivados de la nula socialización del empleado con el resto del personal de la empresa (aunque sea relacionándose con personas que trabajan para otras empresas). Los contactos esporádicos, ya sean bimensuales o trimestrales con el resto del equipo, ayudan a mantener los lazos necesarios para que la comunicación funcione.
Es menester recalcar que la factibilidad de estos dos modelos, depende en mucho del tipo de trabajo y de la personalidad de los empleados dispuestos a asumirlos.
Reflexión final y conjunta:
“…Luchamos por estar solos, por estar tranquilos, pero no nos damos cuenta de que la gente nos hace falta, el hombre es un animal social (“sorpresa”), no nos habíamos dado cuenta de que cuando estamos solos sentimos una extraña sensación (de “soledad”) mientras las paredes nos agobian. Los sitios cerrados a la larga se hacen pequeños, tan pequeños que llega un momento en que el teclado se te clava en las costillas y la pantalla llega a rozar la nariz… y entonces, ¿qué haces? Ir a tomar un café, ¿con quién?... tus compañeros no están… estás solo, porque estás en tu casa… Vuelves de tomar en café (solo) y llega tu hora “de salir”, y ¿a dónde vas? Ya estás en casa, pero hace unos minutos era tu puesto de trabajo… tu hogar. Trabajar en casa puede llegar a convertirse en una pesadilla en lugar de un sueño, pero es una pena no haberlo pensado a tiempo…”
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Hola, Senior.
Voy a abrir fuego en este debate, por la parte que me toca de esta estupenda colaboración…
Y voy a añadir un apunte más, que viendo la fotografía que has puesto, me viene al pelo, y es que en muchas ocasiones la teórica tranquilidad del hogar es casi todo lo contrario, yo tengo una hija pequeña y con ella en plena actividad, es muy difícil trabajar 🙂
Lo más probable es que si estoy con el ordenador, me suceda lo mismo que al de la foto, que quiera ella subir ella a «trabajar», o que me quiera enseñar un cuento, o que pinte con ella…, hay muchas cosas que hacer…
Saludos
Pablo Rodríguez
Como sigo a dos de los tres co-elaboradores de este artículo, entiendo que es indistinto contestar en uno u otro blog y escojo éste porque a mi amigo Pablo le tengo «breado» con tanto comentario.
Voy a ponerme como ejemplo. Desde 2003 a 2007 fui un teletrabajador atípico, eso sí. Formaba parte de una organización de la cual el único que trabajaba desde su casa era yo. El resto del equipo estaba ubicado en una oficina y mantenía contacto físico a diario en otra ciudad aunque jerárquicamente estábamos en pie de igualdad. Esa era la primer diferencia fundamental, que mientras mis compañeros tenían un espacio social de relación y debate yo no lo tenía. Conclusión: pronto me di cuenta de que las decisiones que tomaban entre ellos tenían poco margen de modificación una vez me las trasladaban (casi nunca se sintieron en la «necesidad» de consultarme.
Cuando de vez en cuando me trasladaba y les visitaba, lo primero que me decían era cuánto debía en la peña de la bonoloto. En las reuniones, era muy difícil no sentir el «frentismo» y en muchas ocasiones unos y otros terminábamos por tener la sensación de que los encuentros presentaban más incomodidad que lo contrario.
Otra consecuencia es que mientras mis compañeros se atenían a un horario, yo trabajaba de mañana a la tarde prácticamente sin solución de continuidad con el «enorme placer» de atender al teléfono mientras preparaba mi guiso.
Cuando tenía que ir a visitar a un cliente tenía que desviar el teléfono a mi móvil con lo cual debía estar atento a las llamadas para que mis clientes no pensaran que no había nadie en la «oficina». No os digo nada cuando estaba trabajando en los locales de los clientes.
Cuando un cliente quería que nos viéramos tenía que ingeniármelas para quedar en sus oficinas o en un terreno neutral. Si preguntáramos a mis clientes de la época os dirían que a «mi oficina» le pasó de todo y que nunca pudieron visitarla.
Y todo ello se hizo para ahorrar un coste a nuestra empresa. ¿Resultado? Que durante tres años mi aportación a la cuenta de resultados en términos netos fue del 40% mientras que mis cuatro compañeros aportaban en su conjunto el 60% restante.
El teletrabajo tiene algunas ventajas, no lo niego, pero sobre todo muchas dificultades y no lo digo por un tema de comodidad, sino de aplicación práctica. Entiendo que mi caso es extremo, pero conozco más y desde luego pocos prefieren ese modelo.
SM y co autores, felicitaciones por el post. Es un tema que debiera tener mayor vigencia dada la reducción de costos que supone. Sin embargo todavía le falta maduración. En mi caso – psicólogo y consultor en RRHH – me encuentro a mí mismo, buena parte de mi tiempo, entrevistando personas pero sin una relación cotidiana con compañeros de trabajo: el mail y Skype resultan una buena alternativa, he hecho unos cuantos buenos contactos con colegas y blogueros españoles, por ejemplo ; )
Es cierto que el contacto presencial tiene ventajas sobre el «digital», hay aspectos del vínculo que generan mayor cercanía y posiciones en común. Por otro lado hay personas que se precisan de la ayuda del ritmo externo para cumplir con los objetivos.
El ir a trabajar es un tema cultural, también. Lo mismo que, para los directivos o ejecutivos, lo es el «venir» a trabajar.
Creo que asistiremos a un cambio paulatino hacia el teletrabajo.
Les dejo unas notas que publiqué hace poco, sobre el tema (si mal no recuerdo cuenta con el idóneo comentario, off the record, de un ejecutivo español ; ) )
http://management.infobaeprofesional.com/notas/72979-El-trabajo-en-la-era-digital-ir-a-la-oficina-es-cada-vez-menos-imprescindible.html
http://management.infobaeprofesional.com/notas/74302-En-la-era-digital-el-teletrabajo-avanza-a-paso-lento-en-las-empresas-argentinas.html
Como teletrabajador desde hace varios años y como Dtor. de RRHH de una plantilla donde 2/3 de los empleados teletrabajan de forma habitual, debo discrepar con gran parte de lo que se expone en este post.
El teletrabajo no es un chollo ni está exento de riesgos. Eso es cierto. Pero se mire por donde se mire es mejor que la esclavitud de sufrir atascos diarios y un horario estricto.
Evidentemente hay que aprender a teletrabajar porque es muy distinto del trabajo en una oficina. También es cierto que no todos los puestos de trabajo permiten el teletrabajo. Pero en los casos en los que es posible, las ventajas compensan con creces a las expectativas.
El teletrabajo debe plantearse siempre como opción voluntaria y no excluyente. Los teletrabajadores de mi empresa nos acercamos por la oficina cuando queremos y siempre está en nuestra mano interactuar con otros compañeros.
El trabajo como sitio al que vas y no como algo que haces es algo a extinguir. Que la resistencia al cambio y el principio de la consonancia cognoscitiva no os hagan creer lo contrario.
JM
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Buenos días a todos.
Senior, voy a permitirme dialogar con los comentaristas, si te parece 😉
Hola, Josep, excelente aportación, nos comentas un caso real y en primera persona, en el que había un claro desequilibrio entre quien estaba teletrabajando, que eras tú, y tus compañeros, que de alguna manera se habían acostumbrado a que tú no estuvieras presente, y en muchos casos te apartaban de las decisiones.
Yo creo que en buena parte el desequilibrio se iniciaba en el número, es decir, había cuatro que se reunían habitualmente, mientras que tú estabas aislado. Por lo que se ve, te cundía más el tiempo, aunque a costa de bastantes sacrificios, en este caso parece que tu teletrabajo le beneficiaba más a la empresa que a ti mismo.
Gabriel, gracias por tu aportación, yo también creo que el teletrabajo irá ganando poco a poco terreno, dependiendo del tipo de trabajo, ya que unos se prestan más que otros; también es cierto, como apuntas, que depende del tipo de persona, las hay más capaces de trabajar de esta manera, y las hay que necesitan un «empujón».
Hola, José Miguel, muy bueno conocer tu experiencia de primera mano;
en el fondo creo que estamos de acuerdo, ya que también estamos diciendo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes, tal y como tú nos cuentas con tu caso.
También es cierto que, como le comentaba a Josep Julián, en ocasiones puede ser una cuestión numérica; por lo que dices, en tu empresa la mayoría trabaja de esa manera, lo cual favorece la «cultura del teletrabajo». Y por suerte, parece que contáis con la posibilidad de «acercaros a la oficina», lo cual no siempre es fácil por las distancias, y eso también te quita un poco de presión en ese sentido, saber que en cualquier momento puedes intercambiar ideas con tus compañeros de forma presencial.
También es muy importante, como comentaba antes, tener un lugar idóneo para desarrollar ese teletrabajo, ya que ocasiones nuestra casa no lo es, bien por las infraestructuras, por los vecinos, porque no tienes un espacio aparte para ello, o porque como en el caso de la fotografía -y en el mío 🙂 tienes una niña pequeña, que requiere tu atención.
Buenas a todos amigos.
Lo primero felicitaros por este estupendo post y lo segundo aportar mi pequeña experiencia.
Yo no soy bueno para opinar en este caso porque no hay dia que me acueste antes de las 3 de la mañana (fines de semana incluidos) por culpa del teletrabajo y la conciliación familiar. Tambien es verdad que a lo mio no se le puede llamar teletrabajo porque no da para vivir, pero las cosas están como están.
Desde el punto de vista de la concilación me identifico mucho con la foto y añadiría una mia proia ientras hago la comida y estoy enchufado al portatil.
Sencillamente daré mi opinión despues de llevar casi 5 años de freelance.
Si me llamasen de una empresa en la que el proyecto fuese interesante no me veían más el pelo y ya buscaría la mejor forma de conciliar después.
Un saludo
Hola, Como co-autor lo primero es daros las gracias públicamente por el post y el trabajo realizado.
Por otro lado, está claro que habrá quién encuentre en el teletrabajo una forma de vida que siempre ha añorado tras largos años de intensos madrugones y atascos, pero muchos otros, como decimos, prefieren la interacción estar ahí cuando se organiza un multitudinario cafecito, tener a quién consultar sin necesidad de levantar el teléfono.
No es que todo sea bueno en uno u otro caso, simplemente que el teletrabajo se ve desde fuera muy a la ligera y la gente no ha analizado las posibles desventajas.
Espero que esto sea un punto de reflexión para todos.
Un saludo
Hola Pablo:
Ya sabes que puedes moderar este post a tu antojo habida cuenta de tu aporte… Es como si fuese tuyo, pues lo es.
Gracias por tus acertados apuntes… y si que he visualizado bien la imagen de tu hija tratando de subir con su padre al ordenador.
Hola Josep:
Gracias por exponer tu caso particular, y es muy bueno que saques a relucir las decisiones inconsultas en ausencia, pues es algo típico de cuando falta alguien, pero que no debería pasar cuando hablamos de teletrabajadores. Igualmente con la sensación que comentas, pues es natural cuando no se comparte de forma habitual.
Y en cuanto al aporte está claro que los que están en la empresa siempre estarán haciendo algo aunque no hagan nada mientras que el teletrabajdor siempre parecerá que no hace nada, pues está en casa… aunque haga el 300% de lo que hacen los demás, muy de acuerdo contigo.
Hola Gabriel:
Pues si, todavía le falta maduración, pero creemos que es por la cultura. Fíjate que en relación al Skype ya mi mujer me ha dicho haberse topado contigo (lo compartimos) y eso podría pasarme si fuese teletrabajador…
Muy de acuerdo en que somos los testigos de un cambio, que seguramente se tendrá que adaptar a las nuevas tendencias…gracias por pasarte y por los enlaces…
Hola José Miguel:
Gracias por tu punto de vista, pues enriquece el debate y nos permite ver la otra cara de la moneda.
En lo que comentas, hay puntos discutibles en cuanto a la situación particular de cada quien, pues por ejemplo en Barcelona no hay los atascos que hay en Madrid, así que no todo aplica. Por lo que sigo pensando que las supuestas ventajas no compensan (y menos con creces) a las expectativas.
El teletrabajo muchas veces no puede plantearse como opción voluntaria y de allí viene el problema de la exclusión. Tal vez en tu empresa funcione, pero no así en la mayoría de las demás.
En lo que si estoy 100% de acuerdo es que está mal el paradigma de “El trabajo es el sitio al que vas y no algo que haces”. Gracias por tus comments.
Hola José Luis:
Gracias, ya me habías contado tu caso en persona, y en tu posición yo también haría lo mismo…saludos.
Hola Adrián:
Gracias a ti…ha sido una gran experiencia desde cualquier punto de vista.
Todas las opiniones son válidas en este caso, pues cada uno habrá visto el teletrabajo desde su propia perspectiva, lo que no hay que olvidar es que no todo es como lo pintan y definitivamente trabajar desde casa, puede que no se atan bueno como lo habíamos supuesto.
Un saludo
SM
Hola,
Gracias por el post. Por los comentarios parece que habeis suscitado bien el debate.
Yo he tratado de implantar el teletrabajo en varias empresas dando mi opinión como consultora. Lo que me suelo encontrar en la mayoría de los casos son personas con dificultades para comprender qué significa teletrabajar y, quizás, más importante «teledirigir».
Soy de la opinión de que no se puede lanzar a los nuevos teletrabajadores a la buena-aventura, revisando, en el mejor de los casos las condiciones físicas del puesto de trabajo en el hogar. Es necesario enseñar ciertas habilidades como son: la autonomía, la auto-motivación, la planificación y organización del propio trabajo y la capacidad de mantener las relaciones sociales con otros compañeros de manera telemática.
Mi experiencia personal como teletrabadora me ha hecho ser mucho más productiva e incluso ganar más cercanía con mis compañeros, ya que puedo reclamar su atención de una manera organizada, sin «robarles su tiempo» de manera espontánea con las típicas «preguntitas que llevan medio minuto» y aportar mis ideas con un suficiente margen de tiempo como para que éstas ya lleguen «maduras» y bien «documentadas».
Por otro lado, a los responsables de personas hay que hacerles ver que es muy interesante gestionar en base a resultados y no a tiempos, ni a cumplimientos de horarios. Los horarios son para las fábricas, donde los operarios, por desgracia, se tienen que adaptar a las máquinas o para empresas de servicios donde se requiere una presencia física para atender al cliente. Los trabajadores del conocimiento, los que andamos todo el día con el portátil a cuestas, planificando, diseñando, estructurando información, pueden manipular los recursos telemáticos que tiene a su alcance para conseguir equilibriar sus objetivos profesionales y personales y pueden hacer de su empresa una organización realmente orientada a resultados.
Bueno, espero que os sirvan estos comentarios para continuar el debate.
Un saludo,
Rocío
Rocio: me has dado una lección de lo que el teletrabajo significa y un enfoque adulto y equilibrado de la situación real del teletrabajo. La verdad es que tus planteamientos son una especie de mini manual para conciliar y una muestra de adaptación de la teoría a la práctica.
Gracias
SM
Senior, primero de todo disculpas porque he comentado en tu siguiente post casi lo mismo que comentas aquí. Se nota que llevo posts de retraso.
Fantástico tema de debate.
Primero decir que el teletrabajo al 100% del tiempo es un error. A excepción de algunos trabajos como teleoperador, traductores etc. es un mal modelo. Lo que sirve es quedarse en casa algunos dias, cuando no hay reuniones, cuando hay que terminar algo urgente y se neceista calma, cuando hay que llevar a los niños al médico… L ainteracción con el equipo es imprescindible, porque lo de que «el roce hace el cariño» es mucho más que un dicho.
Por otro lado no estoy de acuerdo en algunas de tus afirmaciones respecto a los mitos basado en mi experiencia en el reino Unido. Los comento por orden:
1. Eso es un problema del jefe, no del trabajador. Es necesario un cambio en la cultura de dirección.
2. En general, con o sin supervisión, el rendimiento debería ser el mismo.
4. Es mucho más tranquilo, pero hay que ir a la oficina de vez en cuando para evitar entrar en la rutina. tu afirmación sirve en los casos de 100% teletrabajo.
Hola, la aportación de Rocío me parece muy buena, muy interesante lo de «teledirigir», y el tema de que quizás fuese conveniente formar al trabajador en ciertas habilidades necesarias para el teletrabajo.
En cuanto a lo que comenta Sirventés, tanto en est post como en el otro, no estamos muy lejos de llegar a un acuerdo 😉
Al fin y al cabo, este debate acerca del teletrabajo pretendía ver pros y contras del mismo, en qué condiciones se puede teletrabajar, y qué posibles soluciones se podrían adoptar para que fuese más efectivo, una de las que es comentan es que, como apuntas, quizás sea más deseable el «teletrabajo parcial», por varias razones que has explicado muy bien.
También se hace referencia a la retención/atracción del talento mediante esta fórmula, aunque es verdad que en España nos queda mucho camino que recorrer en cuanto a la cultura de la valoración del trabajo por objetivos, y no por tiempo de estancia en la empresa.
Creo que al igual que todos los comentaristas que hemos participado en el debate, lo has enriquecido enormemente con tus experiencias, así que está quedando un post muy completo!!
Saludos a todos
Pablo Rodríguez
Rocío y Sirventés, aportáis un valor que quizá no hayamos sabido ver, en cualquier caso, me alegro de que hayamos conseguido favorecer este debate.
Me gusta especialmetne lo que plantea Rocío, está claro que el teletrabajador no es (no puede ser) un trabajador cualquiera, si no una persona particular, con características específicas que hacen que este modelo se les adapte. En cualquier caso lo que está claro es que ha de ser analizado con sumo cuidado pues tiene posibles inconvenientes que pueden afectar a todos, individuo y empresa, de formas que no se tienen habitualmente en cuenta.
Un saludo
Hola Sirventés:
No pasa nada, muchos de los temas publicados aquí se relacionan íntimamente… Me gustó lo de “el roce hace el cariño”, pues explica y resume lo que se quiere decir…Muy cierto lo de que el teletrabajo al 100% agobia sin remedio, creo que a los latinos mucho más.
Muy importante que incluyas tus experiencias en UK, pues así nos permites contrastar el componente cultural en relación al país en el que nos encontremos…Gracias por tus comentarios.
Pablo y Adrián: Gracias por la moderación conjunta, veo que también hacemos buen equipo en eso.
Saludos
SM
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