
He notado, que la mayoría de los que pretenden ayudar de buena fe a los candidatos, ya sea aconsejando o desaconsejando aconsejar (valga la redundancia), también olvidan o dejan de lado plantearse lo más importante: diagnosticar si el candidato sabe manejar interiormente y psicológicamente situaciones sociales complejas, como bien lo son las entrevistas de trabajo.
Más allá de la polémica de si un candidato debe ir o no preparado para una entrevista, hay que estar claros de que, en cierta forma, la entrevista es un interrogatorio (con matices claro está), dentro de una situación, parcialmente controlada; por lo que se hace necesario saber qué hacer y qué decir, independientemente de que cada entrevista sea única...
¿Acaso no se prepara un ponente antes de su exposición? ¿Por qué los futbolistas miran partidos anteriores antes de jugar contra un equipo, aún sabiendo que el partido que viene será totalmente diferente? ¿Por qué prepararse se ha convertido de pronto en algo “tan malo”?
Aconsejar “no prepararse” para una entrevista, sólo contribuye a debilitar la parte interior del candidato, esa que el entrevistador sabrá ver debilitada con sólo hacer un par de buenas preguntas.
Es menester aclarar, que mi opinión sobre los métodos de selección actuales es que dejan mucho que desear, y estoy seguro de que todos estamos de acuerdo en que su validez y su fiabilidad son a todas luces cuestionables. Pero es lo que tenemos, lamentable pero cierto… así que con criticarlos ni solucionaremos su eficacia, ni iremos mejor preparados a la entrevista, y mientras no contemos con otras herramientas para seleccionar, lo peor que podemos hacer es precisamente ignorar la realidad, creo que resulta más inteligente saber adaptarnos a ella.
Todavía está distante el día en que todas las empresas entrevisten a sus empleados con pruebas continuadas y actividades que simulen el trabajo a realizar, o con prácticas en la empresa durante unas semanas, lo que ya sería una utopía. Sobre todo me gustaría saber quién correría con los costes y riesgos de tales propuestas… De hecho, ahora mismo están en aumento las entrevistas telefónicas, que son menos personales aún y con cuya práctica estoy en total desacuerdo.
Volviendo a lo de prepararse (o no), y más específicamente a la ansiedad que pudiera producir dicha preparación... Reconozco que aunque existe la posibilidad de que una excesiva atención producto de obsesionarse preparando la superación de entrevistas de trabajo, pudiese también producir cierta ansiedad, también es cierto que el no saber cómo manejar ciertas situaciones y el no saber que decir frente a ciertos planteamientos inesperados, constituye igualmente una fuente de ansiedad, que es tan o más peligrosa que la generada por una buena preparación previa.
Así que, según mi opinión, y comparando ambas "ansiedades", prefiero la primera (ansiedad producto de prepararse), pues al menos sé que asistiré con mejores herramientas para enfrentar al entrevistador, mientras que con la segunda estaré, no sólo lleno de ansiedades, sino que también estaré (y me sentiré) “desnudo y desarmado” en medio de la entrevista; y esto, considero, es mucho peor, pues en estas situaciones hay poco margen para reaccionar debido a la presión del momento.
Como últimamente he notado la existencia de detractores y de algún que otro no convencido sobre las bondades de una buena preparación previa antes de asistir a una entrevista de trabajo, les dejo un par de ejemplos con los que espero demostrar que una buena preparación es fundamental y determinante para terminar siendo el elegido.
Es muy simple, sólo hay que exponer lo que responderías si te encontraras en una entrevista de trabajo bajo las siguientes situaciones hipotéticas... Los que apoyan ir "al natural" a una entrevista, han de responder según sus convicciones y los que piensan que es mejor prepararse harán lo propio:
CASO 1
Estás siendo entrevistado para un puesto que te interesa y que va en línea con tu perfil, pero luego de una serie de preguntas sobre tu experiencia laboral y después de cotejar las respuestas con tu CV, el entrevistador te dice, con un gesto despreocupado, que tiene la impresión de que podrías estar sobre calificado para el puesto, por lo que te manifiesta no estar seguro de querer continuar con la entrevista.
En ese caso tú… ¿qué pensarías y que le contestarías al entrevistador? Sobre todo, sabiendo en tu interior que verdaderamente estás algo sobre calificado, pero que aún así te interesa el puesto.
¿Pensarías que la entrevista ha terminado? ¿Piensas que siendo sencillo, natural y honesto en tu respuesta podrás obtener el puesto o crees que una respuesta preparada de antemano podría sacarte del apuro y obtener el puesto que deseas? ¿Crees que el fin justifica los medios?
CASO 2
Estás en el medio de una entrevista en la que has sido natural y sencillo en todas tus respuestas, y hasta ahora tienes la impresión de que ha ido “todo bien”, por lo que te sientes seguro y triunfal, sobre todo, porque nunca pensaste en prepararte para esa entrevista, ya que seguiste el consejo de "los no convencidos", o de los que no consideran importante dicha preparación… Pero de pronto, sientes que algo anda mal…lo notas en el rostro del entrevistador...
Acabas de responder a una pregunta personal, de esas "tipo"... precisamente, una de las que los más experimentados recomiendan preparar la respuesta de antemano (“¿por qué desea abandonar la empresa en donde labora actualmente?”), y la has respondido haciendo gala de tu gran naturalidad, pero has notado que con tu respuesta, la expresión de satisfacción del entrevistador se ha borrado de pronto, y en su lugar, has reconocido un gesto de clara preocupación mientras sigue observando tu currículo... ¡confirmado!…algo que has dicho no le ha gustado o no le ha convencido...
En ese caso tú… ¿Qué harías al darte cuenta de que una de tus respuestas (no importa cual lo importante es el ejercicio) no ha convencido del todo al seleccionador ? ¿Cuál sería tu actitud? ¿Pensarías en ese momento que fue un error no prepararse para este tipo de situaciones antes de asistir?
Mis respuestas, para ambos casos, las daré en los comentarios luego de las vuestras, para no afectar las opiniones particulares que podáis tener al respecto.
En cualquier caso y al margen de las opiniones que puedan surgir, me gustaría que alguno elevase también alguna experiencia propia en donde pueda demostrar que le fue "bien" la primera vez que no se preparó para una entrevista (en donde "bien" significa que lo contrataron), y/o ejemplos de que la preparación previa contribuyó a hacerse con el puesto. Yo también expondré un ejemplo al final de los comentarios.
En fin, Senior, ya lo hemos hablado. Que una cosa es prepararse para una entrevista concreta, para un puesto concreto en una empresa concreta, conociendo y aprendiendo a poner en valor la experiencia y propios méritos relacionados, y otra cosa ponerse a retorizar y poner casos hipotéticos continuamente y «psicoanalíticos» sobre cómo responder a una pregunta determinada o a una cara que pone el entrevistador de turno.
Eso es lo que nos diferencia y te aseguro que generar este tipo de problemas verbales a los candidatos sólo ayuda a ponerlos más nerviosos e inseguros pensando en posibles preguntas raras y reacciones de los entrevistadores que en muchos casos son meramente anecdóticas e incontrolables: no hay respuestas acertadas y no hay entrevistas buenas o malas, cada una es diferente.
Como sabes, en los últimos 17 años he preparado a muchísimos candidatos (y sigo con ello) y evaluado las post-entrevistas, así que creo que mi opinión tiene perspectiva real, cotidiana y concreta, la de las selecciones de personal real que hacen las pequeñas y medianas empresas, y no la de los manuales, libros y consejos de salón sobre entrevistas y curriculum.
Mejor dedicarse a ser mejor profesional, resaltar los propios méritos y mostrarse de forma natural, y dejarse de grandes consejos del millón sobre qué responder y qué no hechas por supuestos expertos que lo único que pretender es… parecerlo, como ya hemos dicho en otros artículos anteriores.
Un saludo a todos. ¿Nos vemos en la ponencia de Málaga sobre psicologia aplicada en orientación?¡ 😉
Hola SM,
Yo siempre digo que las entrevistas hay que prepararlas conociéndonos a nosotros mismos y sabiendo que responder sobre nuestra trayectoria. A la vez debemos ser naturales sin interpretar ningún papel. Lógicamente el ir preparados nos hace estar más seguros de nosotros y de nuestras posibilidades.
Luego aclarar que la preparación no garantiza al 100% el éxito porque cada entrevistador valora unas cosas y eso no quiere decir que nuestras respuestas a las preguntas sean inadecuadas en todos los casos.
Desgraciadamente la selección de personal no es una ciencia exacta y menos con el sistema de entrevistas que tenemos hoy en día en donde prima la informalidad y la brevedad que hacen que la subjetividad entre cada vez con más fuerza.
Es muy lamentable encontrarse con candidatos que no se saben su trayectoria o que no saben decir cuales son sus puntos fuertes, etc. y esto es por falta de preparación de analizarse a ellos mismos ante las entrevistas.
Yo entiendo ambas posturas y mi opinión esta en un punto intermedio entre las dos. Hay que saber dar a cada cosa su importancia relativa sin exagerar ni crearse falsas esperanzas. Sobre todo hay que usar el sentido común y la intuición.
Saludos,
Hola Senior. Coincido 100% con el comentario de Yoriento. Yo nunca he dicho, y nunca lo diré, que no hay que prepararse una entrevista de trabajo. Hay que saber a qué posición se presenta uno, a qué se dedica la empresa, cuáles son sus desafíos en el mercado, su tendencia de crecimiento o no, etc. Pero la mejor preparación es la del día a día, trabajando en tus áreas de mejoras y convirtiéndote en un mejor profesional.
Lo que sí discuto es que prepararse sea aprenderse respuestas tipo a preguntas tipo. Personalmente cuando oigo una respuesta tipo en una entrevista desconfío de la sinceridad del candidato. No busco candidatos perfectos. No los hay. Busco personas auténticas y eso es incompatible con fingir ser quien no eres. Como candidato siempre he dicho lo que he pensado en las entrevistas y eso nunca me ha planteado un problema.
El hecho de que haya muchos entrevistadores que no tengan ni idea de entrevistar no significa que yo tenga que dejar de ser auténtico.
Por retomar tu ejemplo, si un entrevistador me pregunta por qué quiero dejar mi empresa, lo primero que pienso es que es un incompetente. Hacer preguntas personales en una entrevista es innecesario, muchas veces incluso inconstitucional, en la mayor parte de Europa es ilegal y además evidencia la falta de profesionalidad del entrevistador porque estas preguntas son por completo irrelevantes a la hora de evaluar el encaje profesional de un candidato en una posición.
El objetivo de una entrevista es el conocimiento y evaluación mutua entre empresa y candidato. Toda falta de transparencia y sinceridad lo perjudica. Y no creo que el fin justifique los medios.
JM
Hola SM,
al grano.
Caso 1: le diría que estoy cualificado para el puesto, pero que por muchas cosas que pueda parecer que sé, tengo todavía mucho que aprender, puesto que a nivel de experiencia y conocimientos sólo podré estar sobrequalificado para ese puesto que demandan, digamos… en un terminio de dos años a partir del momento en que empiece a desarrollar las funciones del puesto de trabajo que ofertan (cada puesto/empresa plantea los verdaderos/nuevos retos profesionales). En todo caso, con cuidado de no soltar la apisonadora, intentaría mostrar mi interés por el puesto de trabajo.
Desde luego que una respuesta bien preparada siempre será mejor que una «on the fly» porque la habremos podido preparar/matizar/contrastar con tiempo y más de un actor de por medio.
¿Sin embargo cómo podemos preparar respuestas a preguntas estúpidas? Quizás una pregunta estúpida merezca una respuesta igualmente estúpida por nuestra parte…
Caso 2: me acojonaría interiormente. Pensaría: ostias! ya se te ha ido la bola otra vez y la has cagao soltando alguna boladura (porque yo soy propenso a liarla con lo que digo, porque no me cuesta introducir entropía mental e ironía en mis discursos… especialmente cuando los dirijo a personas que me estan «examinando»). Acto seguido, trataría de disimular el canguelo y pondría una cara digamos como de persona un poco más seria de lo que soy habitualmente y lanzaría un rollo muy corporativo para despistar el mal fario… algo así como fruncir el ceño y soltar alguna gran frase tipo «Naturalmente, el ámbito de aplicación de las estrategias corporativas debe modularse cuando hablamos de organizaciones de este tamaño, fu..fu…».
Y ahora LA PREGUNTA QUE TE HAGO YO A TI:
Suponiendo que vas a una oferta para un puesto muy suculento al que sabes que competirás con 20 candidatos igual o mejor preparados que tu (se han presentado aprox. 200 personas para la oferta). Realizas una entrevista satisfactoria constatando por los detalles de la oferta que el puesto te interesa muchísimo. Sin embargo, el entrevistador/a, un tipo/a experimentado/a y hàbil, ya te ha dejado claro que no hay nada decidido, y que para contratarte a ti y no a otro «jesucristo superstar» te falta X, o Y, y quizás un pelín de Z a modo de barníz. Bien: has llegado al «limbo de los candidatos», es decir, que te falta ese pequeño paso (gran salto para la humanidad), que será el factor X para que el entrevistador se decante por tí (para que confíe en ti, por encima del resto de candidatos factibles para el puesto).
QUE HARÍAS ENTONCES?
Opcion 1: Saltar sobre la mesa y bailar un zapateao…
Opción 2: Ponerte a rezar a la virgen maria y decirle que eres creyente o seguidor del opus dei…
Opción 3: Sacar el carnet de afiliación política a modo de abanico…
Opción 4: Lanzar al auditorio tu gran conclusión sobre el sentido de la vida y del puesto de trabajo.
Opción 5: Cogerlo por la solapa de la chaqueta e implorarle que te elija a ti… que harás lo que sea por él… que vives para trabajar y no trabajas para vivir…etc…
Opción 6: TU RESPUESTA….
Un saludo,
Perell.
Desde ya que conviene estar preparado.
Los dos casos que mencionás podrían resolverse sabiendo a qué empresa estamos yendo.
De cualquier manera es una ilusión pretender de tener todas las variables bajo control. Uno nunca sabe, exactamente, qué es lo que el entrevistador verá de bueno o malo en lo que digamos.
Preparar una entrevista de trabajo no implica perder naturalidad. Daré dos motivos para preparar una entrevista de trabajo:
a) te hace sentir seguro ante la situación
b) en las entrevistas de trabajo has de perseguir la excelencia, y ésta es un hábito y no un acto puntual.
En el CASO 1: Podría ser adecuado asentir con el entrevistador que efectivamente estás sobrecualificado, pero a pesar de todo estás interesado en el puesto de trabajo justificando la posibilidad de realizar un plan de carrera dentro de la empresa
Para el CASO 2: Personalmente creo que una entrevista de trabajo se pierde en tan solo una respuesta inadecuada, por lo que analizaría de nuevo la situación para aprender de los errores
Siempre es recomendable ir preparado.
A mi juicio en un proceso el papel de las dos partes es clave. El candidato debe ser idóneo para el puesto y oportuno (lugar y momento profesional adecuado). El seleccionador de la empresa debe saber qué quiere su compañía y detectar su encaje en el candidato en el breve tiempo de la entrevista.
Con la incógnita de si el entrevistador es capaz o no de hacer su trabajo, el candidato debe estar preparado para cualquier eventualidad. Además de informarse sobre la compañía, y llevar unas preguntas preparadas sobre el puesto y función, debe ser capaz de dejar en el entrevistador una idea nítida de su persona. Ayudarle a que le defina COMO ES, no dejando que el otro lo imagine o incluso invente mediante asociaciones mentales usadas para etiquetar a los entrevistados. Si el candidato no tiene la habilidad de «leer» al entrevistador o simplemente es imposible hacerlo, debe asegurarse que deja una imagen clara de sus fortalezas y lo que pueden aportar a la compañía. Es como una línea de guión que no se puede dejar de decir, un «yo he venido a hablar de mi libro».
En la respuesta a los dos supuestos:
1. si estás sobre-cualificado y te interesa el puesto entonces el que puede lo más puede lo menos. Salvo que existiera un gap terrible que frustrara al trabajador en menos de 3 meses, ¿por qué no coger el mejor si éste quiere? Convencer al entrevistador de ésto.
2. si has dicho algo que ha incomodado al entrevistador y tú no sabes ni entiendes por qué tienes dos opciones: preguntar por qué (si no lo averiguas no habrá aprendizaje) o no hacerlo porque si has sido franco y no has encajado, no eres el pie de ese zapato. De la primera opción pueden surgir múltiples supuestos a la vez, pero se resumen en dos: te das cuenta que has metido la pata e intentas arrreglarlo y en el proceso aprendes de ello. El segundo: no hay nada que arreglar, no eres el pie de ese zapato.
Soy partidaria de que las entrevistas se preparen. Es cierto que por mucho que te la prepares no sabes que estilo de entrevista te harán, porque alomejor te preparas para una normal y luego te encuentras con un estilo agresivo y te puedes bloquear. A pesar de esto, sólo mencionado como un ejemplo, practicar y conocer qué aspectos debes trabajar más (tensión, falta de fluidez verbal, volumen de voz inadecuado…), son cosas que juegan a nuestro favor. Conocer a la empresa en la que quieres pasar el proceso de selección, es primordial para que todo transcurra mejor.
Me surge la siguiente duda ¿por qué en la mayoría de los foros esta pregunta siempre se dirige al entrevistado y no al entrevistador? ¿No deberían ellos también nutrirse de una serie de consejos y recomendaciones para hacer mejor su trabajo?
Para ayudar al entrevistador a prepararse recomiendo este articulo. http://www.arearh.com/empleo/mejor_entrevista.htm
Mis respuestas a ambos casos…
Caso #1:
La respuesta es preguntarle al entrevistador directamente por qué opina él/ella que estás sobre calificado…hay que buscar la razón, para poder saber exactamente por qué se lleva esa impresión de ti (sobre calificación). Tal vez se ha formado una idea en base a otras variables que tú das por sentadas, o quizás es correcta su apreciación, sólo hay que preguntar para saber y poder seguir la entrevista hacia el rumbo que mejor convenga.
Caso #2:
La respuesta es agregar un comentario como: «al parecer he dicho algo que no le ha parecido bien… Le importa si le pregunto de qué se trata y así tal vez lo puedo aclarar si es que se trata de un mal entendido”.
La razón: Por que pone el asunto al descubierto siendo esta la única forma para poder razonarlo con propiedad. A partir de aquí, se puede discutir, razonar, debatir, opinar y corregir. De otra forma se quedará en tu mente y no te permitirá continuar con la entrevista con tranquilidad.
Hola Yoriento:
Pues si, lo hemos hablado tanto que casi podemos escribir un libro… que valga mejor el comentario del que conversamos personalmente ¿si?… Saludos
Hola Juan:
Yo digo lo mismo, hay que prepararse… y aunque concuerdo en que hay que ser naturales, también afirmo que esa naturaleza ha de provenir desde la práctica, precisamente porque la entrevista no es una ciencia exacta.
Hola JM:
Gracias por tus palabras, te he dejado un comentario ya en tu blog que aclara mucho de de lo que comentas aquí…. Nos leemos.
Hola Perell:
Buenas respuestas, ya conoces las mías
En relación a lo que me preguntas a mí:
Yo estaría tranquilo y no me preocuparía por la X,Y ni la Z, pues me siento capacitado para los puestos a los que aplico y mi actitud es la de “ustedes se lo pierden”… seguro que siempre hay algo igual o mejor. Es decir, nunca intentaría que me contratasen por todos los medios, si después de haberme preparado bien no me eligen a mi, por algo será.
Hola Gabriel:
Vale, concordamos en lo de la preparación, espero que puedas leer mis respuestas y opinar también sobre ellas.
Hola Anna:
Gracias por comentar, Ojo que no he dicho que haya que perder naturalidad, (me corrijo) ir “al natural” significa para mí ir sin preparación, son dos cosas distintas… Concuerdo contigo en los dos motivos para preparar una entrevista de trabajo:
a) te hace sentir seguro ante la situación
b) en las entrevistas de trabajo has de perseguir la excelencia, y ésta es un hábito y no un acto puntual.
Las respuestas a los casos no están nada mal… la verdad es que la situación tiene varias salidas válidas.
Hola Arancha:
Muy buena tu aproximación a los hechos tangibles de prepararse, me gustó sobre todo lo de “Si el candidato no tiene la habilidad de “leer” al entrevistador o simplemente es imposible hacerlo, debe asegurarse que deja una imagen clara de sus fortalezas y lo que pueden aportar a la compañía”… Pues define lo que trato de transmitir.
Tus respuestas a ambos casos son coherentes con la situación. Te invito a opinar sobre las mías.
Hola Davinia:
Prepararse es la única vía para poder superar la entrevista, prepararse no es sólo hacerlo para el estilo del entrevistador, sino para impresionarlo. Muy de acuerdo con lo que apuntas sobre la tensión, falta de fluidez verbal, volumen de voz inadecuado…al igual que tú, opino que es primordial para que todo transcurra mejor.
Hola Arancha:
Yo combino los foros dirigiendo unos a los entrevistadores y otros a los entrevistados… alternando para cada público, no sé el resto, no obstante entiendo tu posición y ten por seguro que la tomaré en cuenta.
Saludos
SM
Cuando vas a la entrevista y te pregunta cuanto quieres ganar? y que respondes a eso ahora? si desde un principio tienen fijado un saldo
Las dos respuestas van en la línea de: sé capaz de ser flexible y dirigir tú la entrevista hacia donde te interesa.
Recomendar a los candidatos que se preparen las entrevistas es algo que hacemos todos. Pero tener la cintura para reaccionar ante determinadas circunstancias es otra cosa. Porque en esos momentos el candidato (aunque intente ir lo más tranquilo posible) está nervioso y en tensión. Al final es un examen, y todo el mundo quiere aprobar, aunque sólo sea para luego darse el gustazo de decir que no.
La chuleta que les proporcionas es a mi juicio la que más funciona. Si no sabes lo que piensa el otro, ¿cómo podrás dirigirlo hacia la realidad de tu perfil? Y es algo que hasta el que menos cintura tiene puede aplicar. Aclarar mediante una pregunta educada la situación que te ha generado incomodidad o que te dice que el entrevistador no te ha entendido bien. Asegurarse que no ha habido malinterpretaciones. Siempre les decimos «confirma que has entendido bien las preguntas antes de responder», pues usemos este consejo a la inversa. Y sobre todo que tengan claro que ellos también pueden y deben dirigir la entrevista si se produce una desviación. Desterrar el miedo a intervenir.
Información es poder. Si su ausencia da inseguridad, pues generemos de nuevo una situación de confianza mediante una simple pregunta.
Escribiendo esto me ha venido a la mente el mito de la caverna de Platón.
Hola Raúl:
Independientemente de las experiencias que hayas vivido te aseguro que la mayoría de las entrevistas no son así. Por lo general se busca un equilibrio entre la valía del candidato y los lñimites que se pueden ofrecer… es la norma. Y ahora más que nunca, pues lo que se busca es talento y no sólo cubrir un puesto.
Hola Arancha:
Es cierto… no he había percatado que algo de la cueva de Platón hay en mis respuestas; puede que ya haya asimilado sus teorías y ahora formen parte de mis propias ideas.
«La chuleta», como bien dices, no es otra cosa que ayudar a «pensar» al candidato, a darse cuenta de que incluso en los momentos en que no lo parece, puede mantener cierto control sobre la situación; eso es prepararse para la entrevista.
Gracias por todas tus opiniones.
Saludos
SM
Pingback: Las 6 preguntas que siempre te encontrarás en una entrevista de trabajo - Senior Manager